lunes, 27 de febrero de 2012

El éxito de Bimbo en China

¿Les suena el nombre de Bin Bao宾堡? Resulta que es el nombre chino de una empresa mexicana muy exitosa en el mundo: Bimbo.

Bimbo llegó a China en 2006, pero no de la mejor manera. Los directivos confiaban en que su producto estrella en otras partes del mundo, el “Gansito”, sería un hitazo en Oriente. Pero ocurrió todo lo contrario. El sabor excesivamente dulce, producto de la mezcla de chocolate, crema y mermelada de fresa, que tanto gusta a los mexicanos, fue demasiado para el paladar de los chinos. Así que Bimbo tuvo que replantear su estrategia.

Y a partir de ahí, comenzó una de las historias empresariales de más éxito en el gigante de Asia.

Portada del sitio web de Bimbo en China / Imagen tomada de www.bimbochina.com

Hoy, Bimbo es una de las principales empresas panificadoras de China, y la marca mexicana más conocida en la tierra de Mao. ¿Cómo lo lograron? Adaptándose al gusto chino. Casi ninguno de los productos que venden en China se parecen a los que encontramos en los anaqueles de México: algunos son realmente insípidos, otros tienen sabores extraños (como el de maíz dulce), y su textura es muy diferente (las típicas donas bañadas en azúcar son un poco duras y grasosas en exceso). Pero la estrategia ha funcionado.

Bicicleta repartidora de Bimbo en Beijing / Foto: Juan Carlos Zamora

La marca del osito se distribuye en centros comerciales y tiendas de 27 ciudades chinas (incluso en sitios como Mongolia Interior y la región musulmana de Xinjiang), y en Beijing y Tianjin, dos urbes del norte, es de lo más conocida. Incluso, el pan se distribuye en bicicletas con los logotipos de Bimbo en hutones y barrios con calles angostas. Eso es parte de la clave de su éxito: la distribución en pequeño en tienditas de barrio.

Ver un producto de Bimbo en China es un motivo de alegría para muchos mexicanos (también para muchos latinoamericanos, españoles y estadounidenses), que encuentran al menos un nombre y un logotipo conocido, en medio de la marea de productos cuyas marcas están en caracteres chinos.

Aquí el comercial de Bimbo que está pasando actualmente en la televisión.


lunes, 20 de febrero de 2012

Para China, México no existe…


El pasado 14 de febrero, día del amor en muchas partes del mundo, se celebraron también 40 años de relaciones diplomáticas entre China y México, pero con una frialdad digna de los 10º bajo cero que había en Beijing.

Parece que México no pela a China. Y a China le importa muy poco México. Suena terrible, pero la realidad así lo demuestra.

Cuando se cumplió el aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Cuba, ambos países lo celebraron con bombo y platillo. Cuando le tocó el turno a Argentina, fue noticia de primera plana en muchos medios. Pero el 14 de febrero que recién pasó sólo se escuchó a los grillos cantar. Para China, México no existe. Y México sólo tiene ojos para Estados Unidos.

¿A qué se debe ese no acercamiento entre una superpotencia y un país importante a nivel latinoamericano?


Dicen las malas lenguas que mucha de la frialdad se debe a que México recibió en septiembre del año pasado al Dalai Lama, líder espiritual del Tíbet en el exilio, y que es considerado un “terrorista” y un “divisionista” por parte del gobierno chino, quien no perdona a México por ese “pecado”. Y lo peor es que el Dalai Lama prometió volver en 2012, a invitación de Vicente Fox.

Muchos dirán que “México es un país soberano y decide por sí mismo quién visita o no su territorio”. Otros alegarán que “el país le hizo el juego a Estados Unidos, bajándose los pantalones e invitando al Dalai Lama, sabiendo de antemano que eso enojaría a los chinos”.

Como quiera que sea, el hecho enfureció, y de qué forma, a los herederos de Mao Zedong. Vaya, hasta obtener una visa de turismo esos días se volvió un calvario en la embajada de China en México, donde los representantes consulares veían a los mexicanos como seres del mal.

Pero más allá de los acontecimientos políticos, México no representa gran cosa para China, económicamente hablando. Es cierto, muchos de los productos chinos que se exportan terminan en México, pero poco a poco eso va cambiando. Ahora Venezuela, Argentina, Brasil, Cuba, Costa Rica y otras naciones latinoamericanas se han vuelto importantes mercados para las empresas chinas e, incluso, algunas de ellas han firmado tratados de libre comercio con el gigantón asiático.

Y hacia el otro lado, las cosas no pintan mejor. México casi no exporta nada a China, salvo algunas toneladas de carne de cerdo, chiles de La Costeña y muchos estudiantes universitarios. Y el pan Bimbo, que tiene fuerte presencia en China, no cuenta, porque ese se elabora dentro del territorio del dragón mayor.

Y para como van las cosas en la economía de Estados Unidos y del mundo entero, más le valdría a México comenzar a tejer nexos con la segunda economía del mundo, que pronto desplazará a Estados Unidos.

Y para muestra de qué tan frías están las relaciones, algunos ejemplos:

  • La ceremonia más importante en México fue encabezada por Bai Lichen el vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (órgano asesor del gigante asiático). Es decir, ni siquiera enviaron a un funcionario de alta jerarquía.

  • En China, lo más relevante fue una aburrida ceremonia, con un adormecedor discurso oficial por parte del embajador mexicano, Jorge Guajardo.



Ustedes juzguen.